La Otra Cara de la Epidural en el Parto
En la mayoría de hospitales se centran en dar la autorización para colocar la analgesia epidural en el mismo momento del parto, y en esa situación, ¿qué se suele hacer?, ¿Te paras a leerlo detenidamente o firmas? Obviamente se firma y ni se saben ni se imaginan los inconvenientes que puede tener usarla.
¿Es bueno o malo usar la epidural? Pues es simplemente una opción más para dar a luz, previa información, siempre decide el paciente, pero una vez informado de los riesgos y beneficios. Tiene incovenientes y la gran mayoria de las veces no se sabe que existen o no informan de ello. Como toda anestesia tiene su parte buena y su lado oscuro.
¿Qué es la epidural?
La epidural es una analgesia (alivio del dolor) que se utiliza en muchos campos de la medicina. En el parto, la analgesia epidural se utiliza como método de alivio del dolor de las contracciones. Es una técnica invasiva porque para ponerla es necesario acceder al espacio epidural, entre las vértebras lumbares, y colocar un catéter (como los de los sueros, pero más largo) a través del cual se irá introduciendo poco a poco y de forma continua la medicación.
¿Cuándo se debe poner la epidural?
Las recomendaciones para poner la analgesia epidural varían según el tipo de parto. En un parto normal, lo más recomendable es ponerla cuando se haya establecido claramente que el parto está en curso, es decir, que haya un mínimo de 3-4 cm de dilatación, que las contracciones sean rítmicas e intensas (al menos 3 cada 10 minutos) y el cuello del útero esté borrado al menos la mitad. Cuanto más tarde se inicie, menos interferencias sobre el proceso del parto. No merece la pena poner la epidural cuando el parto está muy avanzado (8-9 cm) pues tarda un rato en iniciar su efecto y para cuando vaya a ser efectiva puede estar ya entrando en la fase expulsiva. La epidural no está libre de riesgos y tiene efectos secundarios, por lo que hay que valorar siempre si compensan las ventajas sobre los inconvenientes y que hay otros métodos de alivio del dolor.
¿Se me pasará el efecto?
A menos que se salga el catéter de su sitio, el efecto de la epidural no se pasa pues hay un medicamento que entra de forma continua mientras dure el parto. Lo que muchas veces sucede, es que la presión de la cabeza del bebé sobre la vulva cuando llega el expulsivo se “nota”. Si no se notara nada, sería muy poco probable que el parto terminara de forma normal ya que no se sentirían los reflejos del pujo y no habría fuerza muscular para ayudar al bebé a nacer. Muchas mujeres, al notar esta presión, les sorprende porque no esperaban sentir nada. Pero no es que se haya pasado el efecto; simplemente, ha cambiado la fase del parto.
¿Qué efectos secundarios puede tener?
Como recomendación general ante cualquier situación en la que haya que “invadir” el cuerpo, hay que leer muy bien el consentimiento informado, que debe ser entregado antes del parto. Todas las mujeres tienen derecho a recibir información verbal y escrita sobre la técnica, y tener la oportunidad de resolver cualquier duda que tengan al respecto.
De forma resumida, pueden presentarse los siguientes efectos secundarios:
1. Con relación a la técnica:
- Baja la presión de la madre: Esto trae como inconvenientes que el aporte de oxigeno a la placenta se ve reducido, por lo tanto el oxígeno que llega al bebé también es menor, además al bajar la presión se pueden sufrir mareos y vómitos.
- Punción accidental de duramadre. La duramadre es una membrana que recubre la médula y las raíces nerviosas. Cuando se pincha, puede salir líquido cefalorraquídeo (que circula normalmente por el interior de la duramadre). Esta salida de líquido provoca dolor de cabeza intenso. Es necesario mantener a la mujer totalmente horizontal si esto sucede, con la consiguiente dificultad para el amamantamiento en los primeros días. En algunos casos es necesario inyectar sangre en la zona de la punción para tapar el agujero y que cesen los síntomas.
- Infección del lugar de la punción. Muy raro, pero no imposible. Puede llegar a provocar una meningitis.
- Dolor de piernas y espalda. Es probable que también después del parto y pasados unos días, incluso semanas, se sienta dolor o malestar en las piernas o también en la zona de la punción.
2. Con relación a su interferencia del parto:
- Disminución de las contracciones: Aunque no sucede en todos los casos, un elevado número de mujeres presentan tras la epidural un enlentecimiento e incluso una detención, de las contracciones uterinas, siendo necesario aplicar técnicas invasivas, como la rotura de la bolsa o la perfusión de oxitocina sintética.
- Parto manipulado: Una vez puesta la analgesia epidural, se empieza a no sentir contracciones, ni las piernas, ni ningún tipo de dolor (siempre que haya hecho efecto, claro) así que se tendrá que hacer caso a todo lo que indiquen matrona o ginecólogo que asista el parto.
- Dificultad para orinar: Si se tiene dificultad para orinar o bien no se tienen ganas, es muy probable que tengan que poner un sondaje vesical, para así poder vaciar la vejiga, esto puede pasar también tras el parto, ya que la analgesia epidural tardará en dejar de hacer efecto.
- Escalofríos: Es posible que durante el parto y post-parto se puedan sufrir escalofríos.
- Dolor de cabeza: Es muy propable que también se tenga algún dolor de cabeza tanto en el parto como en el post-parto.
- Alta probabilidad de: Que se realice una episiotomía y que utilicen forcerps (está claro que no a todas las mujeres les pasa, pero el grado de probabilidad sube).
- La tasa de cesárea sube: La tasa de cesárea sube en algunos casos, quizás le llegue poco oxigeno al bebé, o el parto no avanza, etc.
- Alteración de la frecuencia cardíaca fetal: Relacionado directamente con la bajada de la tensión arterial de la madre, al bebé le llega menor cantidad de sangre y, por tanto, de oxígeno. Si a esto le sumamos el uso de oxitocina, el registro de la FCF puede verse severamente alterado.
- Caída del sistema inmunológico de la madre y bebé.
- Malposición fetal. Al disminuir la movilidad materna, se dificulta mucho que el bebé encuentre un camino fácil y más amplio por el canal del parto. Esto hace que no pueda salir sin ayuda (de ahí el aumento de partos instrumentales).
- Expulsivo más largo: Sumando las contracciones (que han disminuido o parado) a la poca movilidad, los expulsivos son mucho más largos. Esto implica:
- El tiempo corre y es más probable que se decida instrumentar el parto o practicar una cesárea.
- El bebé se agota.
- La madre se agota.
- El bebé deja de recibir endorfinas. Como la madre no percibe el dolor, no segrega casi endorfinas (hormonas analgésicas naturales). El bebé se queda sólo con la parte dolorosa del parto (el bebé sí percibe el dolor), sin la compensación endorfínica. Sufren más.
- Incremento de la posibilidad de sufrir fiebre intraparto. Se produce un incremento de la temperatura materna que puede interpretarse equivocadamente como signo de infección. La fiebre durante el embarazo y el parto es peligrosa en tanto que implica también un aumento de la temperatura fetal. La presencia de fiebre materna desemboca normalmente en una intervención médica para conseguir finalizar cuanto antes el parto (utilización de instrumental o cesárea). Y tras el nacimiento, si el bebé nace también con temperatura elevada o aunque su temperatura sea normal, es habitual su ingreso en la uci para vigilar su evolución, lo que implica en la mayoría de los centros, una separación dolorosa y traumática de madre e hijo.
3. Con relación a la lactancia:
La epidural no afecta de forma directa a la lactancia en cuanto a que es anterior al inicio de la misma. Sin embargo, afecta indirectamente porque:
- Favorece el edema de las mamas (por la perfusión de líquidos intravenosos para contrarrestar la hipotensión), dificultando el agarre.
- Dificulta los movimientos en las primeras horas.
- Los bebés no tienen endorfinas en el calostro, y pueden tener dolor, especialmente si el nacimiento ha sido agresivo (ventosa, fórceps, espátulas, cesárea).
- Algunos bebés nacen muy adormilados por los fármacos, pudiendo durar el letargo varios días. Este sopor impide que el bebé mame con frecuencia, poniendo en riesgo su salud por falta de alimento, y la lactancia, que por falta de estímulo puede no producir leche en volumen suficiente.
Estos son los inconvenientes que más se suelen dar en los partos donde se utiliza la analgesia epidural, esto no quiere decir que vayan a ocurrir todos, quizás alguno, dos o incluso ninguno.
Esta otra visión de la analgesia epidural que no es la que siempre nos cuentan, y que con la información en la mano, se pueda decidir en todo momento si se quiere usar o no, siempre desde la información y no del miedo.
Bibliografía:
Morishima HO, Glaser B, Niemann WH, James LS. Increased uterine activity and fetal deterioration during maternal hyperthermia. Am J Obstet Gynecol 1975;121(4):531-538.
Sin Miedo al Parto
Ascensión Gómez, Matrona